Guerra México – Estados Unidos
El gobierno estadounidense
siempre tuvo el interés de apropiarse del territorio norte de México, hacia
1840 los conflictos entre estos dos países se agudizaron porque el gobierno
mexicano no cedió ante las presiones políticas para vender los territorios del
norte.
Tomando como pretexto las
reclamaciones de ciudadanos estadounidenses, el presidente James Polk autorizó
al general Zacarías Taylor en enero de 1846 a avanzar sus tropas hacia el río
Grande, territorio mexicano, provocando al ejército nacional que se encontraba
en esa zona, a los cuales el gobierno estadounidense acusó de agresores
declarando la guerra en marzo de 1846.
Desde ese momento, el país fue
invadido por el ejército estadounidense por diferentes frentes:
Puedes revisar el mapa Guerra
México-Estados Unidos 1846-1848 en el Atlas Histórico de México
La marina de Estados Unidos
bloqueó todos los puertos del Golfo de México y del Pacífico, impidiendo el
comercio exterior y el pago de impuestos en las aduanas La guerra fue una
cadena de derrotas para el ejército mexicano que se encontraba sin armas ni
municiones, sin comida, mal preparados.
Para retirar sus tropas, Estados
Unidos envió a Nicholas P. Trist a negociar un tratado de paz con la exigencia
de obtener los estados de Nuevo México y Alta California, además de libre
tránsito por Tehuantepec. El gobierno mexicano no aceptó tales condiciones y la
invasión continuó. Los estadounidenses llegaron a la entrada de la Ciudad de
México; en Tlalpan vencieron al General Anaya y sus escasas tropas, vencieron
en la batalla de Padierna, Churubusco, Casa Mata, Molino de Rey y Chapultepec.
El 14 de septiembre de 1848 el ejército invasor se instaló en Palacio Nacional.
Mientras tanto el país “no
contaba con la preparación ni con la unidad social que se requería y mucho
menos con los recursos económicos necesarios para afrontar una guerra… Fue
necesario recurrir a préstamos forzosos a particulares y al Iglesia y aumentar
los impuestos” (López, 2000:135).
El presidente Antonio López de
Santa Anna renunció, después de una triste derrota en Cerro Gordo. El
presidente de la Suprema Corte de Justicia, Manuel de la Peña, asumió el cargo
y negoció la paz, en contra de algunos federalistas que se opusieron.
El 2 de febrero de 1848 se firmó
el Tratado de Guadalupe-Hidalgo, poniendo fin a la invasión a cambio de Nuevo
México y Alta California (poco más de dos millones de kilómetros cuadrados) y
una indemnización de 15 millones de pesos por daños al país.
La última rectificación de
fronteras correspondió a la incorporación del territorio de Tucson en 1853, el
30 de diciembre, Santa Anna (de nuevo presidente de México) vendió el
territorio de la Mesilla por 7 millones de dólares que dilapidó en pocos meses.
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