AUTORIDAD
Y GOBIERNO
En la época de Colón, Castilla tenía varios consejos o cuerpos de asesores que se encargaban de
asuntos determinados como los ministerios modernos. El emperador Carlos V
estableció en 1524 el Consejo de Indias. Los miembros de este consejo eran
miembros de la aristocracia. El Consejo de Indias acumulaba información
relativa al Nuevo Mundo, decidía pleitos y quejas y evaluaba los hechos y
logros de los gobernantes americanos.
Después de la Conquista el territorio americano se
extendió para incluir los pueblos y ayuntamientos establecidos por los
adelantados --gobernadores militares designados oficialmente por la Corona. A
base de estos centros de población se crearon los virreinatos (en inglés,
"viceroyalties") en la primera mitad del siglo XVI:
Nueva España (1535) -- México, Centroamérica, las
Antillas, sur de EU
Nueva Castilla o Virreinato del Perú (1543) - Perú
Un siglo más tarde, se crearon dos virreinatos más en
Suramérica:
Nueva Granada (1739) - Colombia, Ecuador, Venezuela,
Panamá
Río de la Plata (1776) - Argentina, Uruguay, Paraguay,
Bolivia
Los virreinatos constituían una base para gobernar el
territorio español. El poder jurídico quedaba en manos de las Audiencias,
cuerpos judiciales encabezados por oidores instruidos, conocedores de la
jurisprudencia. En contraste con el sistema norteamericano que divide el
gobierno en tres unidades -- ejecutiva, legislativa y jurídica-- el sistema
iberoamericano se caracterizaba por la fusión de autoridades. Las Audiencias
eran presididas por el virrey.
LA
RELIGIÓN
La Inquisición (el Santo Oficio de la
Inquisición) vino al Nuevo Mundo poco después del establecimiento de los
primeros virreinatos:en 1570 a Nueva Castilla y en 1571 a Nueva España.
Irónicamente, la Inquisición en España produjo una emigración de judíos al
Nuevo Mundo donde algunos después caerían víctimas de la Inquisición de nuevo
por haber conservado costumbres judaizantes. Una vez juzgados por la
Inquisición, los reos se entregaban a las autoridades seculares. Además de los
judíos y conversos (judíos que profesaban ser cristianos), un gran porcentaje
de los acusados eran negros, mulatos y mestizos. La Inquisición fue abolida en
España en 1812 y un año más tarde en Nueva España.
Otro aspecto del control que ejercía El Santo Oficio de
la Inquisición fue la censura de libros. Poseer un libro registrado en el Index
Librorum Prohibitorum (Índice de libros prohibidos) podía pagarse con pena de
muerte. La diseminación de libros impresos también quedaba bajo autoridad
eclesiástica. Pero como muchas de las leyes procedentes de España, la
prohibición de llevar libros de caballería "se acataba pero no se
cumplía."
La imprenta vino a Nueva España en 1535. Tardó medio
siglo en llegar a Lima en 1584. Al principio la imprenta servía la misión
religiosa de imprimir libros para apoyar la misión de educar a los indígenas.
Se imprimían catecismos, sermones, doctrinas cristianas y muchos glosarios de
vocablos indígenas para poder diseminar la palabra de Dios en la lengua nativa.
Irónicamente, la obra de uno de los primeros grandes
autores americanos, Sor Juana Inés de la Cruz (1648-1695), se publicó en su
mayoría en España y póstumamente. Nacida
en México, hija natural de padre español --tal vez vasco-- y madre criolla, Sor
Juana desarrolló muchos temas de interés americano, además de temas religiosos
y feministas.
El
mestizaje
[En este texto el historiador argentino, Félix Luna,
explica los factores contribuyentes al mestizaje en la América española.]
La mezcla fue facilitada por la circunstancia de que la
sociedad española también estaba compuesta de cepas muy diversas y por las
características físicas de las razas enfrentadas. Los rasgos de los aborígenes no resultaban
chocantes, en general, a los ojos de los españoles; el color de su piel no se diferenciaba
mucho del cutis aceitunado de los habitantes del sur de la península, y tampoco
diferían en estatura, más bien baja en la mayor parte del nuevo
continente. Los españoles no encontraron
en América seres humanos tan distintos y exóticos como los que verían en
África, China o el archipiélago malayo. Más tarde, cuando los indios de las regiones más hispanizadas fueron
asimilándose a los modos de vida de los blancos y adoptaron su indumentaria o
copiaron su aspecto personal, muchos pudieron pasar por españoles. Más aun: algunas etnias como los mayas o los
guaraní tenían facciones que podían llegar a ser muy hermosas, y así lo
reconocieron los cronistas. Fue natural,
entonces, la aproximación de los españoles (casi siempre solteros, casi siempre
jóvenes) con las mujeres aborígenes, y esto ocurrió desde el comienzo.
... Fueron escasas las mujeres españolas que vinieron al
nuevo continente durante el primer medio siglo a partir del
descubrimiento. Las uniones entre
españoles e indias fueron, pues, algo inevitable, y bien pronto generaciones de
mestizos empezaron a poblar América con su ambigua condición de hijos de
conquistadores y conquistadas.
Las
castas mexicanas
Castas
El sistema de clasificaciones raciales de la época
colonial era muy complejo. Sin embargo
está bien documentado en México no sólo en textos de la época sino también por
medio de un género de pintura, los cuadros o las pinturas de castas. El cuadro arriba de Ignacio María Barreda
(1777) es un ejemplo típico.
Identificarse con una casta ejercía mucho control sobre la vida de uno
-- el oficio que podía ejercer un hombre, con quién se podía casar, dónde podía
vivir.
Para más información y para ver otros ejemplos de este
género, pulsa aquí.
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Los esclavos
La existencia en
España de una antigua legislación esclavista en las leyes de las "Siete
Partidas" ofreció la base jurídica para que la Corona se reservara la exclusividad en el
tráfico de negros y justificara luego la concesión a particulares, bajo ciertas
condiciones, de la explotación de ese verdadero "estanco real".
Equiparados a la sal, los naipes o el tabaco, los negros fueron un negocio del rey, y únicamente recordándolo
bajo este aspecto se comprenderá el funcionamiento de los "asientos"
y se explicará la existencia de ciertas
leyes, licencias y prohibiciones.
... El "asiento" octavo nos permite apreciar
una distribución geográfica de "la trata" y valorar su importancia.
Sobre 4.000 negros anuales, se encaminaban 2.000 a la feria de Portobelo y se
permitía introducir directamente a Panamá y el Perú los sobrantes que restaran
de la venta realizada allí; la otra mitad se repartía: Cartagena 700, para
Veracruz y Honduras, Campeche y La
Habana otros 7000 y los 600 restantes se desparramaban en Puerto Rico [y otras
islas del Caribe].
Algo más de tres millones de esclavos en un período de284
años [desde 1503 hasta 1787], sobre un total general para toda América que
seguramente sobrepasa los veinte millones, demuestra que menos del 16% de los
africanos "rescatados por la trata" tuvieron entrada en las colonias
españolas, mientra el 84% restante debió dividirse en un 34% para Brasil y un
50% para las colonias sajonas, holandesas y francesas. Teniendo en cuenta esta
apreciable diferencia de porcentajes y, además, que en la América española el
negro tuvo una dispersión geográfica notariamente mayor que en el resto del
continente, podemos concluir con certeza que la asimilación o integración del
negro en las colonias de España no obedeció solamente a la lenidad partriarcal
de las Leyes de Indias y a la existencia anterior de la legislación de las
"Siete Partidas", sino también y muy especialmente a otros factores
de índole comercial y geográfica y a la política que se practicó.
LAS
RIQUEZAS DE LA TIERRA
La epopeya de los españoles y los portugueses en América
combinó la propagación de la fé cristiana con la usurpación y el saqueo de las
riquezas nativas. El poder europeo se extendía para abrazar el mundo. Las tierras vírgenes, densas de selvas y de
peligros, encendían la codicia de los capitanes, los hidalgos caballeros y los
soldados en harapos lanzados a la conquista de los espectaculares botines de
guerra: creían en la gloria, «el sol de los muertos», y en la audacia.
Nació el mito de Eldorado, el monarca bañado en oro que los indígenas
inventaron para alejar a los intrusos: desde Gonzalo Pizarro hasta Walter
Raleigh, muchos lo persiguieron en vano por las selvas y las aguas del Amazonas
y el Orinoco. El espejismo del «cerro
que manaba plata» se hizo realidad en 1545, con el descubrimiento de Potosí,
pero antes habían muerto, vencidos por el hambre y por la enfermedad o
atravesados a flechazos por los indígenas, muchos de los expedicionarios que
intentaron infructuosamente, dar alcance al manantial de la plata remontado el
río Paraná.
Había sí, oro y plata en grandes cantidades, acumuladosen
la meseta de México y en el altiplanto andino.
Hernán Cortés reveló para España, en 1519, la fabulosa magnitud del
tesoro azteca de Moctezuma, y quince años después llegó a Sevilla el gigantesco
rescate, un aposento lleno de oro y dos de plata, que Francisco Pizarro hizo
pagar al inca Atahualpa antes de estrangularlo. Años antes, con el oro
arrancado de las Antillas había pagado la Corona los servicios de los marinos
que habían acompañado a Colón en su primer viaje. Finalmente, la población de las islas del
Caribe dejó de pagar tributos, porque desapareció...
La búsqueda del oro y de la plata fue, sin duda, el motor
central de la conquista. Pero en su
segundo viaje, Cristóbal Colón trajo las primeras raíces de caña de azúcar
cultivado en estas tierras. Se alzaron
los cañaverales en el litoral húmedo y caliente del nordeste de Brasil y,
posteriormente, también las islas del Caribe -- Barbados, Jamaica, Haití y la
Dominicana,Guadalupe, Cuba, Puerto Rico -- y Veracruz y la costa peruana
resultaron sucesivos escenarios propicios para la explotación, en gran
escala,del «oro blanco». Inmensas
legiones de esclavos vinieron de Africa para proporcionar, al rey azúcar, la
fuerza del trabajo numerosa y gratuita que exigía: combustible humano para
quemar. Las tierras fueron devastadas
por esta planta egoísta que invadió el Nuevo Mundo arrasando los bosques,
malgastando la fertilidad natural y extinguiendo el humus acumulado por los
suelos.
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